Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la armonía.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde hay desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor, que no me empeñe tanto
en ser consolado, como en consolar,
en ser comprendido, como en comprender,
en ser amado, como en amar.Porque dándose es como se recibe,
olvidándose de sí mismo es como uno se encuentra a sí mismo,
perdonando se es perdonado,
muriendo es como se resucita a la vida eterna.
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sergio suarez vargas
30 septiembre, 2009 at 4:03 amespero pongan de alberto cortez es magnifica esta pagina
Nelly Patiño
24 enero, 2013 at 12:55 pmQuiero imprimir esta oración, porque a mi hijo Juanjo que tiene 9 años, le gusta mucho.
Me ha pedido que la imprima y se la ponga en todos sus cuadernos…
Y así lo haré, a mi también me parece preciosa.