Poema de despedida – Las mejores horas
Te fuiste sin que me diera cuenta,
sigilosa como una gata por el tejado,
yo soñaba con tus labios y tus piernas,
cuando tú te alejabas ya sin amarme.
Me levante y vi que estaba solo,
la oscuridad lamiéndome las manos,
la puerta de mi vida entreabierta,
por la que habías escapado hacia no sé dónde.
Me senté en la mesa y empecé este poema,
un poema de amor de despedida,
por cada hora que pasé contigo una lágrima,
por cada minuto una elegía.
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