Realidad
La verdad de este cuerpo
mi más honda verdad.
Invadirlo,
apresarlo,
hasta sentir su carne
prolongada en la mía,
integrada en mi sangre,
y sentir por la suya
esa lava ya fría del ardor del placer.
Hasta su sexo llego
como aquellos amantes
que ante un cuerpo desnudos
oficiaban con fervor y belleza
sabiéndose partícipes de Pan y de Afrodita.
Sobre la tierra inhóspita,
bajo el cielo callado y los dioses ausentes,
avanzo por sus valles, laderas, promontorios,
y en el instante exacto del gemido
asalto, rompo, ocupo
la cueva misteriosa,
el cálido refugio donde morar silente.
Ya rendidos, y fríos, y exhaustos,
los cuerpos se separan,
sus poderes se anulan:
una tregua se abre sobre los blancos lienzos.
Hasta que una mano furtiva se desliza
por la piel tan surcada,
las piernas se entrelazan,
la carne, enmudecida, recupera sus voces,
y el sexo, cual un mar saliendo de su calma,
se levanta y avanza: hacia el cuerpo que amo
y que a mi lado yace.
Hermosa realidad que devoro insaciable.
autor: Emilio Miró
Amor
20 noviembre, 2009 at 11:17 amMis besos…
Mi cuerpo.
Te quiero
christian
27 octubre, 2010 at 3:55 pmen una tarde
muy fresca en
tus ojos me mire
fue tan grande tu
mirada que de ti me enamore