Poema para mi Dulce Viejecita
Hace mucho tiempo, que no veo detrás de la montaña, donde deje una humilde casa azul como el cielo, y una mirada triste que hace nido entre las estrellas, que es como una oración escrita con letras de oro fino, para que la vea el Señor omnipotente, dueño de nuestras almas, y que derrama su bendición sobre el dolor que se volvió alegría, tener el fruto de el amor, para poderlo cuidar, como a su propia alma.
Aunque, su piel se haya arrugado, y sus cabellos blancos, como hilos de plata, que se confunden con la luz de la luna, su corazón sigue siendo como un diamante, y sus palabras como parábolas de sabiduría, y como el aceite que cura las heridas, y incienso que da consuelo al caído.
Esa eres tu bendita y dulce madre, bella rosa de Abril, aunque tengas tu mirada triste, tu amor es tan grande, que siempre estoy en tu mente, como el primer día, mi linda viejecita de mi corazón, a dios le pido que no se la lleve, para poderla ver, como si fuera su niño(a) querido(a).
Viejecita mía, muy pronto volveré a ver detrás de la montaña, para decirte que te quiero y te adoro madre mía.
(Dedicado para todos los que dejamos a nuestra madre en nuestro país, por buscar un mejor futuro).
Poema enviado por: Maury.