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Reflexiones para Semana Santa

Reflexiones para Semana Santa

Los verdaderos obstáculos que te separan de Cristo «la soberbia, la sensualidad», se superan con oración y penitencia. Y rezar y mortificarse es también ocuparse de los demás y olvidarse de sí mismo. Si vives así, verás cómo la mayor parte de los contratiempos que tienes, desaparecen.

El alma debe estar libre del egoísmo, que es la raíz de todo pecado. Y la única manera de matarlo es renunciando a uno mismo, en las pequeñas elecciones diarias. Esto lo explicó Cristo, cuando dijo que quien quiera ser como Él debería negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirlo. Jesús y el Espíritu Santo, se encargaran del resto.

Antes de empezar a trabajar, pon sobre tu mesa o junto a los útiles de tu labor, un crucifijo. De cuando en cuando, échale una mirada… Cuando llegue la fatiga, los ojos se te irán hacia Jesús, y hallarás nueva fuerza para proseguir en tu empeño. Porque ese crucifijo es más que el retrato de una persona querida «los padres, los hijos, la mujer, la novia…»; Él es todo: tu Padre, tu Hermano, tu Amigo, tu Dios, y el Amor de tus amores.

El amor cura, el amor transforma, pero a veces el amor construye trampas mortales que terminan destruyendo a quien decidió entregarse por entero.

Días para recordar las enseñanzas del maestro del amor y la compasión comparándolas con nuestro estilo de vida para así poder establecer un patrón a seguir en nuestra vida diaria en armonía con las lecciones aprendidas de este estudio y de esta manera contribuir al enaltecimiento de los valores humanos en nuestra sociedad.

A ti que te desmoralizas, te repetiré una cosa muy consoladora: al que hace lo que puede, Dios no le niega su gracia. Nuestro Señor es Padre, y si un hijo le dice en la quietud de su corazón: Padre mío del Cielo, aquí estoy yo, ayúdame… Si acude a la Madre de Dios, que es Madre nuestra, sale adelante.

Amar la Cruz es aceptar con alegría las dificultades diarias. Es hacer lo mismo que hizo Cristo durante toda su vida, especialmente, en el camino al Calvario. Seguir sus pasos, andar por el sendero de la negación de uno mismo, es camino seguro para llegar a ser otro Cristo. Te explico por qué: para parecerse a Cristo hay que dejarse guiar por el Espíritu Santo.

Que en estos días auspiciosos resucite el Cristo dentro de cada uno de nosotros brindándonos luz y vida eternas.

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1 Comentario

  • Reply
    Marielos
    2 marzo, 2012 at 7:35 pm

    Muchas gracias por publicar estas reflexiones tan hermosas, creanme que en estos momentos estoy atravesando por muchas problemas, grandes problemas pero se que el amor de Dios me sacara adelante.

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