Quién diría…
Que lo que nosotros vivimos fue algo más que amor
que fue tan bello y tan irreal
que el amor y el sufrimiento se disfrazaron con momentos
de amargura y soledad.
La máscara de lo ideal se fijo tan fuerte a la desconfianza
que se te olvido quitártela, aun cuando estábamos en la cama
mi filosofía se convirtió en ese «pero»,
cuando lo que llamo tu atención en aquel tiempo era eso.
Una fusión poco común
fue la que creamos tu y yo
que llego a ser casi perfecta
pero… dejaste que entrara ella!
La tranquilidad aparente y salida sin juicios
la permisiva que ahora duerme contigo
es más, que te dará un hijo
en cambio yo, solo recuerdo todo
y me digo: quien diría que me enamoré con tal intensidad de ti,
que el amor que surgió en mi corazón se convirtió en amargura e inspiración
de esta clase de poemas
para así destacar que fuiste mi gran pena
pero ahora que estoy libre
no deseo volver a saber de ella,
ya que la ilusión que permaneció en mi
hasta hace poco tiempo
de volver a ser tu mi razón de vivir
se ha marchitado, se ha suicidado al ver que…
nunca para ti fui buena
que me creí viva entre tus brazos, pero que
siempre estuve muerta…