Ceremonia solitaria en compañía de tu cuerpo
Penetro tu cuerpo, tu cuerpo
de carne penetro, me hundo
entre tu lengua y tu mirada pura
primero con mis ojos
con mi corazón con mis labios
luego con mi soledad.
Con mis huesos con mi glande
entro y salgo de tu cuerpo
como si fuera un espejo
atravieso pelos y quejidos
no sé cuál es tu piel y cuál la mía
cuál mi esqueleto y cuál el tuyo.
Tu sangre brilla en mis arterias
semejante a un lucero
mis brazos y tus brazos son los brazos
de una estrella que se multiplica
y que nos llena de ternura.
Somos un animal que se enamora
mitad ceniza mitad latido
un puñado de tierra que respira
de incandescentes materias
que jadean y que gozan
y que jamás reposan
Autor: Jorge Eduardo Eielson
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alvaro
17 junio, 2010 at 2:36 pmla verda es uno de los mejores poemas que leeido espero y sigan escribiendo esa clases de poemas