Suspiramos juntos desde aquel adiós,
desde aquella despedida donde quedo un beso dormido en el tiempo.
Aquel tiempo que jamás volverá
al igual que tú que has partido, echándolo todo al olvido.
Mi soledad me acompaña ahora en las noches frías y oscuras,
me cobija y me dice que la vida sigue, que no termina con un adiós.
Mi soledad me acompaña, desde tu adiós,
mas aunque ella este conmigo,
tu recuerdo aún no ha quedado en el olvido.
Por siempre te amare,
eternamente te esperare,
…una lagrima de amor
es cual perla en el mar,
que al rodar por mi mejilla me recuerda cuanto te ame…
Autor: Jonatan Merida
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