Ven…
Ven, toca mis manos envejecidas
por el paso de los años…
Bailemos al compás
del canto de los grillos y dejemos
reflejar nuestros rostros en la tenue
luz de las luciérnagas.
Entonces, ya muy cerca
te mirarás en mis ojos,
yo, te besaré la frente
y susurraré a tu oído…
No sufras! deja que el viento
y el aroma de las flores
sequen enternecida mente tu llanto.
No llores más…!
Después… mis manos envejecidas
por el paso de los años,
tocarán tus labios, besaré tu boca
y miraremos juntos
el amanecer que ya comienza.
Enviado por: Laura Elena
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