Ayer entre las páginas de un viejo libro,
halle un rosa vieja marchita,
por el pasar del tiempo.
Sin darme cuenta brotaron de mi mente
evocaciones de ese día que me diste esa rosa
en aquella plaza, la cual fue testigo silente de tu adiós
entre ardillas y aves te emergiste de mi vida.
Bajo una pálida tarde paulatinamente te alejaste
entre sollozos callados de mi ser hoy han pasado
quién sabe cuántos años a la final los lustros son solo eso
hojas viejas que caen para recordarte las arenas del tiempo.
Hoy halle entre esa rosa marchita a mi alma
y al rociarla con tú recuerdo ella recupero su color
y yo di mi último aliento pensando en ti.
Autor: Eduardo Rojas
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