En el final de nuestra relación
solo quedan ruinas de lo que
fue nuestro amor.
La belleza y la ilusión de aquel
sentimiento, han quedado
enterrados, bajo la desilusión
y el desamor.
Nuestro nidito de amor, se fue
transformando en una cárcel
hecha de espinas que desgarraban el alma de los dos.
Antes la distancia nos hacia sufrir,
y ahora la cercanía nos mata.
La tristeza invade mi alma hoy,
así como la alegría ayer me inundaba al verte llegar.
Ahora solo me queda aceptar el final.
Pues me duele verte morir lentamente a mi lado,
y aunque me siento aniquilado,
deseo que en otro lugar puedas encontrar lo que siempre has soñado.
Para mi amor… Te deseo lo mejor de la vida pues te lo mereces… Eres un ángel.
Autor: Jonatan Merida.
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