Como quien se enamora de la luna,
me enamore de una bella mujer
llegue a amarla, tanto como a ninguna
aunque jamás, tuviera su querer.
Era feliz sólo de contemplarla,
y de saber que su amor no tenía dueño,
quería ser yo quien cuidara con empeño,
todo el encanto de aquella hermosa flor.
Mas el tiempo paso,
y una tarde quien creyera
me miro y la vi marcharse,
como si de algo huyera.
Ya no era más la flor,
que yo un día conociera,
algo marchito su belleza,
alguien robo su dulzura
y sólo una gran tristeza,
dejo lo que ayer fue ternura.
Poema enviado por: Luchin
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