Hay veces que pienso y me pregunto, la razón por la cual fumo,
mas no hay remedio en este asunto y simplemente dibujo tu imagen en el humo.
Cigarrillo tras otro yo termino, colilla tras colilla amontono al cenicero,
cenizas que se pierden como un trino, amor que desprecie por traicionero.
Con manos temblorosas, tome el cerillo, esperando prender otro cigarrillo,
de pronto sentí que la mano me quemaba, y apague el cerillo que llameaba,
lanzándolo al suelo calcinado; como ni siquiera nunca lo había imaginado,
de pronto me senté a meditar y a pensar a quien amaba,
y lloraba sí; pero por qué lloraba, tal vez porque enamorado estaba,
y si ustedes me preguntan, la razón por la cual fumo,
les diré simplemente es por ver tu imagen en el humo.
Autor: Niko
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