Me estoy quemando las manos,
con este fuego… muy lentamente!
Se me queman también mis venas
y mi piel se pierde, ardiendo de repente.
No existe nada en el mundo,
que pueda controlar este fuego.
Ni mi llanto… ni la lluvia, ni el viento
que le llevan a Dios mis ruegos.
El fuego en mi piel avanza,
más y más, como mi amor por ti.
No debe llegar a mi Corazón,
porque siempre has vivido ahí.
A pesar del fuego tan intenso,
que ha consumido toda mi piel.
Pude salvar a mi Corazón,
para que sigas viviendo en el…!
Autor: Nelson Rendon
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tatiana daniela aguilar
10 julio, 2012 at 9:09 pmesta muy lindo el poema, el autor lo expreso con el corazon
anyela yolima lucumi altamirano
11 julio, 2012 at 4:01 pmque poema mas hermoso
marita
20 julio, 2012 at 4:27 pmnose q poner