En donde han quedado esos inolvidables días
Cuando fui lo más importante para ti,
En el ayer han quedado mis grandes alegrías,
Ya ni siquiera sabes que ha sido de mí.
Rezando a mi Dios paso las veinticuatro horas,
Te proteja siempre le pido con devoción,
¿Alma blanca y pura, porque sufres e imploras?,
¿Por qué no puedo arrancarte del corazón?
Mis fríos labios tiemblan al mencionar tu nombre,
Extrañan el calor de los tuyos al besar,
Descubro la silueta de una mujer sin un hombre,
¿Por qué no te he podido encontrar?
Amor mío déjame llevarte por las verdes praderas,
Vaguemos juntos los dos hasta el fin,
No tengamos miedo, somos dos almas sinceras,
Somos las notas musicales de un violín.
Para ti seré del viento de febrero aquél eco sonoro,
Tú serás la gaviota sobre el mar, que vienes y vas,
Entre mis dedos se desvanecerán tus rizos de oro,
Queriendo saber con quién ahora tú estás.
Por ti siempre volaré hasta el fin, por todo el mundo,
Si te encuentro nunca de mis manos te soltaré,
Así se me escape ésta triste vida en un solo segundo,
Juro por Dios que por ti siempre en el cielo volaré.
Por ti volaré hasta la más alta de todas montañas
Esperando poderte algún día encontrar
Aunque digas que no, sé que tú también me extrañas
Amor mío, por ti he aprendido a volar.
Autor: Adonisedec González Jarquín
Poemas de amor similares en esta categoria:
