Tus cristalinas risas sepultarán sus ecos
cuando la muerte impía desaloje mi vida
todas mis ilusiones serán fracasos secos
y entregare a la nada mi amor en despedida.
La heridas causadas por la orfandad de mi alma
se cerrarán por siempre más nó para tu alivio
te roerá la pena para ti no habrá calma
porque con mil crueldades, me tuviste cautivo.
Me pagaste con daño al darte yo mis ansias
te amé como ama el día al alba que lo anuncia
mi amor puro fue tuyo sin gula ni templanza
sin temores a nada sin miedo sin renuncia.
Al irme habrás sembrado tu cielo de martirio
recordarás muy triste mis caricias en vano
más para tu consuelo yo elevare mis manos
rezando porque vivas feliz cual fresco lirio.
Autor: Carlos Jurado Silva
«El Decimista del Pueblo»
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