Mi finca querida,
cada vez que te veo yo me siento feliz
y me fortalezco orgullosa, me pierdo en tu encantadora e imponente belleza,
tú guardas mis secretos, mis penas y tristezas, mis llantos y alegrías,
tú eres el testigo, y como fiel amigo escondes los latidos del corazón mío.
Mi finca querida, cuantas veces cobijaste mi alma,
cuantas veces sentiste mis pasos, muchas veces muy cansada,
otras veces simplemente camine como perdida
tú siempre me cobijaste jamás me lastimaste aunque camine descalza,
mi finca querida sos tan noble, como mi alma
mi finca querida cuenta conmigo si alguien quiere
lastimarte o dañarte se la vera conmigo.
Autor: Anita Carmela
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