Te tengo caída en mí, estas presumiendo el olvido
como rasgando y pecándome en no tenerte,
pues así la sombra llega a tocar mi alma.
En espacios cronológicos como un reloj
y tambor estas aplaudiendo el corazón este audito
y en porcelana bañado de agua es bendita pena,
un trozo de papel o un puño secando toda raíz
mis labios perciben temblar los latidos.
Acompáñame, a descubrir lo que eres,
así en espanto en fuego y en rocas y en montañas secas
como hiriendo la tierra, te conviertes en una piel vieja,
yo hablare de ti pues préstame atención eres la deriva de mi caída
un puente de escorias al sur y en saludos de diminuta parcialidad
de algún viento tengo tu calor, mi alma sembrada de silencio
puesto arriba cuando los rayos del sol despierten tú me guiaras al suelo
y volare con alas en deriva de mi caída, y me sacudirás allí estaremos alzando
las voces de un perteneciente espiral cautivando,
como huidos del sueño.
Cuando tocamos el arpa así sabremos que estamos robando tiempo y nostalgia
sólo deja que suceda estamos en diversa caída.
Autor: Gastón Gomez