La Primera Vez
Habiendo llegado a la linda etapa de la pubertad
era la hora de poder desempeñarme con libertad
y luego de haber hecho, muchos rezos y Venturas
salí en pos de encontrarme con nuevas aventuras.
Alguien me dijo que la primera vez era un éxtasis
y no lo digo por esta anfetamina sintética éxtasis
sino estoy hablando, el cómo sería la primera vez
y me fui para hacerlo de verdad, no de un tal vez.
Un amigo me mandó al lugar que era el indicado
que por ser la primera vez tenía que ser delicado
esto quedaba por un paraje alejado, en el campo
así que revisé en la agenda para hacerme campo.
Ya de noche, en el cielo la luna brillaba en lo alto
y solamente debía de hacer el viaje sin sobresalto
después de horas de recorrido llegué a mi destino
ahora en mis manos estaba obrar con mucho tino.
Al segundo la ubiqué y estaríamos solos, ella y yo
nervioso me dije: “Que suerte la mía, ella ya cayó”
ella lucía su pelo tan suave, y grandes ojos marrón
en mis adentros no deseaba ser como un cimarrón.
Yo sabía exactamente qué, en este caso ella quería
ya estaba enterado, de lo que la situación requería
inicié lentamente las caricias y juegos preliminares
ella caminaba, cual una coqueta y grandes lunares.
Le pasé mis manos por esa tersa, y sedosa espalda
yo nervioso, tembloroso, además nadie me respalda
así deslicé los dedos suavemente por su fina pierna
y pensando de que rápido llegaría a su entrepierna.
Le seguía corriendo mis dedos por su espina dorsal
el ambiente hacía que tenga en la boca sabor a sal
poco a poco llegué a posar mis manos en sus senos
y para nada pensé, que serían momentos obscenos.
Recuerdo el temor el corazón me latía rápidamente
todo era una vorágine y ya se me nublaba la mente
ella temblaba se me movía, la sentía toda sudorosa
yo la consideraba que era la cosa más esplendorosa.
Pero ella, le empezó a poner un poco de resistencia
tuve que usar un poco de astucia e igual insistencia
finalmente abrió las piernas y yo con sumo cuidado
seguí las instrucciones que el amigo me había dado.
Y ella se retorcía, y parece que le gustaba, bramaba
era un delirio el clímax llegaría ya, y yo ya la amaba
porque se acercaba el esperado ese instante cumbre
igual a cuando has conquistado, la más alta cumbre.
No paré hasta que un líquido blanco dejo de manar
y tampoco ya habría nada más que pudiera emanar
y tal como me habían dicho, fue más que un éxtasis
y felizmente, durante el proceso no hubo un estasis.
Fue mi primera vez, por fin logré ordeñar a una vaca
con una hermosa vaca de una granja de Cuernavaca
siempre todo, la primera vez deja un grato recuerdo
y al haber pasado mucho tiempo, ya no me acuerdo.
Autor: EL MANU