A veces la vida nos guarda experiencias
en las que todo se para de repente
vivir es casi un cargo de conciencia
cuando salta por los aires el presente.
De pronto tu mundo se queda vacío
tu mente se aferra a la irrealidad,
tu pecho es ahora un lugar sombrío,
tu voz se ha quedado sin ganas de hablar.
Pero a pesar de las heridas abiertas
y aunque a entenderlo, mi mente no alcanza
sé que siempre habrá una puerta abierta
porque sé que siempre habrá una esperanza.
Que me ayude a volver a empezar
a seguir adelante a pesar de todo
a enterrar mis lágrimas en el mar
y luchar con mi alma, codo con codo.
Recordar quien fui, querer a quien soy
obligarme cada mañana a ver el sol
entender que el futuro empieza hoy
y ver que ese que llora, también soy yo.
Autor: Juan Jose Carvajal
Veky lino
24 enero, 2013 at 12:09 amMe gusta y si la esperanza nunca tiene q morir