La noche comienza, calma, silenciosa,
su silueta ilumina la habitación,
su espalda erguida, sus brazos fuertes
hacen encender mi pasión.
Inmóvil junto a mi duerme plácidamente,
escucho su respiración y suspiro junto a él,
el suave aire que entra por la ventana
acaricia su rostro, celosa mis manos por ese robo,
de a poco voy acercándome despacio,
cuidadosa voy rosando mis dedos por su cuerpo,
mientras mi corazón late fuerte,
tanto que temo que se me salga,
y en ese instante él me mira con su rostro iluminado,
pero pálido a la ves como un fantasma.
Sus ojos ven más allá de mí, como si no estuviera ahí
busco que me vea pero no lo consigo…
La noche termina calma silenciosa y ya si él…
Autor: Miriam Martínez
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MARIA MARTINEZ
9 junio, 2013 at 7:04 pmQUE HERMOSO,ME HE IDENTIFICADO TANTO CON ESTE PENSMIENTO POETICO,
EL ESTA ALLI A MI LADO ,Y CELO HASTA LA ALMOHADA QUE LO REPOSA