Las estrellas callan a la inmensa compaginada vos de tus labios,
la fiesta desvaina el silencio del estado de voz al dormir,
el estrado de tus ojos, el encanto de la brisa, esa llamarada quieta al mar
el impulso de las acaricias está madrugando al sol.
El aullido simétrico del suelo desbaratada a la tierra misma,
danza y tu estas allí, frágil, húmeda, desnuda a pasos de los lechos
del granizo rojo murmura al canto de los fines y del milagro que ha de existir.
Para siempre se dice… para siempre se dice amor.
El recuerdo valiente y encuéntrame plágiame estando en el mundo y en corazón,
segundo a la despedida con fuego en mi pecho es triste decir te extraño,
cuando todo asimila la persona cual los días te sientan y caiga sobre ti
temerás cuando ya gire esta tierra desaparecerá,
cuando dancen en si tu muerte cúspide y el aire
deje asumir la brisa de la eterna esmeralda,
cuando no tenga más nada que decirme, la tierra danzara.
Autor: Gastón Gomez