Cuánto dolor, dudas, tristeza y amargura,
produce el adiós de la persona que más amamos.
Qué difícil entender y aceptar una partida.
Qué difícil entender que se fue sin un merecido adiós,
cuando entregamos la vida entera pensando
que ahí estarán siempre llenando nuestro corazón de amor.
Pero qué dura realidad, hoy que ya no estás,
hoy que sólo siento tu indiferencia,
tu silencio y tus desprecios.
Qué difícil recuperar el honor que una vez perdí,
anhelando tenerte de nuevo en mis brazos.
Enviado por: Lily
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