Me muerdo los labios sólo con tu recuerdo,
mi entrepierna empieza a llamarte con su húmedo lenguaje,
mis manos al sentirte ausentes, imaginan tu recorrido, suplican tu presencia.
Mi cuerpo agitado, se inunda de sensaciones,
aclamando tu entrada triunfal, rituales sensatos y descabellados,
se repiten una y otra vez, evocando tus caricias,
que certeras ya de mis caminos, saben llevarme a la demencia.
Sudorosa, llena del perfume de tu piel, que me derrite,
que me transporta al camino que sólo nuestros cuerpos conocen.
Perdida ante tus instintos de hombre, de dueño, de sueño de mi todo…
Nunca me colmo de ti, siempre espero más y más, este insaciable amor
que tiene tu nombre, en susurros, en telepatía, en gemidos.
Hoy, como siempre, tu recuerdo me ahoga borrándolo todo,
dejándome con la temperatura de tu piel, con tus besos ardientes,
con nuestros movimientos perfectos,
con el placer que nos hace eternos, humanos, hermosos.
Siempre te he pertenecido Pedro Enrrique S. G.
desde q me hiciste mujer…siempre tuya Mariel!!
Enviado por: Mariel