Bajo la sombra del árbol
se sienta todas las mañanas,
a esperar; pero su deseo de un día nunca llegó.
Sus ojos cargados de lágrimas,
su gran corazón con el dolor,
y una luz en el viento era su vida.
Con la pluma y el papel que vagaban
por el mundo, pero nada de responder,
los escritos nunca entregados,
olvidados por toda una vida,
y ella sigue esperando…
El placer de la poesía hizo su día,
pero murió en la espera,
él nunca llego…
Autor: Gaby E.
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