Nadie sabe realmente cuanto me culpo,
ella se limpia esas lágrimas de su rostro,
y se queda mirando un cuadro.
No debí de haberle gritado esa noche por teléfono,
tal vez si cambiaba mi tono de voz, mamá hubiera vuelto,
sin embargo mamá desapareció sin dejar rastro,
ella nunca dijo adiós.
Extraño a mi madre que no he podido ver,
extraño esos buenos momentos con mi madre,
esos buenos momentos que vivimos juntos,
si mamá pudiera estar aquí para quedarse.
Ahora derramo una lágrima por día,
porque te extraño mamá, es muy difícil tratar de recordarte,
sabiendo que realmente nunca volverás.
Autor: Omar Oviedo.
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