Una lágrima cayó por mi mejilla al acordarme de ti,
de los momentos felices
en los que me hacías reír.
Disfrutaba de tu compañía
en las tardes frías de aquel abril,
en donde una caricia tuya
me daba el abrigo y me hacía feliz.
Si bien hoy no estas a mi lado
recuerdos tibios quedan en el corazón,
de aquellos momentos que compartimos,
una sonrisa, un abrazo, un perdón.
Son recuerdos gratos a mi memoria
que alegran el alma y el corazón
que siempre irán conmigo
a cualquier sitio, lugar y ocasión.
Nunca se puede olvidar
a quien uno por primera vez amó
por quien se perdió la cabeza
y más de una lágrima se derramó.
Autor: Pamela Muñoz
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MARINA ANDRADE
2 octubre, 2013 at 5:40 pmSIEMPRE SERAS MI UNICO AMOR TE AMARE Y TE SERE FIEL POR LA ETERNIDAD