Sólo Dios sabe porque pasan cosas como estas, tal vez para enseñarnos que no estamos exentos de sufrir o quizás solamente para que aprendamos de los errores y no volvamos a cometer los mismos.
La vida es toda una escuela donde cada día aprendemos algo nuevo, como diferentes formas de perdonar o simplemente entender al otro.
Todos los días son un vaivén de posibilidades, unas las aprovechamos y otras no tanto, pero las dejamos pasar porque a veces creemos que no es lo mejor cuando se sabe que quien no arriesga, no gana.
Sólo vos, sólo yo, sólo nosotros dos sabemos que paso y creo que no es tan grave como para que no tenga solución, pero siempre y cada día que me reste, estaré velando y pidiendo que en tu corazón nunca falte el amor…
Autor: Enzo Robledo