Hola, en esta carta quiero hacerte el cordial agradecimiento de haber llegado a mi cuando más sola me sentía, cuando más falta me hacía alguien que iluminara mis días.
Todo pasó tan de repente que ni cuenta me di que poco a poco te fuiste metiendo en mi corazón. Gracias te doy por haberme hecho tan feliz en tan pocos días, por hacerme sentir querida, valorada, pero sobre todo amada. Quise resistirme y no caer en ese juego absurdo que no tendría futuro, pero no pude, me envolviste con tus besos, con esos abrazos que nos dimos a medias por mi estúpida timidez. Ambos pensamos que esto duraría hasta que Dios así lo decidiera y así fue, tuviste que irte, dejándome así, sin ti, sin tus besos, sin tus abrazos, sin esas palabras que me motivaban a quererte más y más.
Te arrancó de golpe de mi lado y no sabes cuánto estoy sufriendo tu ausencia, te necesito, te necesito mucho. Extraño verte sonreír, ver esa hermosa sonrisa con huequitos en las mejillas que me enamoró desde el primer día en que te vi. Yo estaba consciente y sabía que no debía quererte ni mucho menos amarte, pero lo hice.
Nunca te voy a olvidar, porque fuiste como una estrella fugaz que dejó su destello dentro de mi corazón, como esa ave de paso que va de rama en rama pero a ninguna ama. Huequitos, así te decía yo, no te olvidaré jamás y espero que tú tampoco me olvides, siempre estarás aquí en mi mente y corazón aunque no pueda tenerte nunca más entre mis brazos ni besarte como esa primera vez.
Te amo mi «Huequitos».
Para: Luis E. Carreon Catache
Autora: Luna Sin Cielo
ADRIANA CORREA
16 marzo, 2014 at 10:33 pma un año de tu partida quiero recordarte asi descansa en paz mis ojitos lindos vivis en mi corazon