Tu exquisito aroma envuelve nuestros cuerpos
convirtiéndonos en un solo ser,
dejando huella en ambos corazones
que laten sin cesar y sin control a un mismo ritmo.
Transformándolos en música celestial,
canto divino como la voz de un Ángel
que con su suave y delicado tono se convierte
en melodía que nos proyecta una paz interior…
Enviado por: Mielecita
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