Hay momentos en los cuales freno mi cerebro,
tengo miedo de dejarlo libre:
¿hasta dónde se metería?
podría no ser capaz de seguirlo…
Pero siempre una fuerza misteriosa
interviene en mí y afloja la tensión.
Abandónate, dice, no tengas miedo.
Y todas las veces descubro que al final del camino,
está esperándome el corazón.
Autor: Ana
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