Tus labios son las puertas de mi alegría
pues tan solo con escucharte
alegras mis días.
Tus ojos son mi laberinto,
pues al mirarlos
desubicas mi destino.
Tus manos son mi delirio,
porque al tocarlas
estremeces mis sentidos.
Todo tu ser es mi bendición,
ya que nunca imagine
encontrar tanta perfección.
Autor: Luisillo
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