Cuando pienso en el viento,
pienso en mi sentimiento,
en tu voz primaveral,
en mi eterna soledad,
en tu atracción, en tu mirada
y en aquel beso con sabor a nada.
Cuando pienso en el viento,
pienso en tu cruel sentimiento,
en esta infelicidad que me azota,
en mi esperanza que se agota,
en tu suave y extasiante piel
y en tus besos con sabor a hiel.
Enviado por: Enrique Ramirez
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