No ha sido un error de que
hayas pasado por mi vida,
al contrario, ha sido un honor
de probar ayer la fruta prohibida…
Contigo fueron alegres mis días y noches,
recordando ahora esos bellos momentos…
aun te quiero en silencio sin llantos o reproches,
para ti, siempre serán mis sentimientos…
Vi el amor, reflejado en tus grandes ojos
mientras tiernamente acariciaba tu cuerpo…
pasamos las altas y bajas sin enojos,
demostrando al mundo nuestro amor tan cierto…
Ahora que has partido para siempre,
dejando tus huellas indelebles en mi corazón,
quiero decirles a todas las gentes
que todavía te amo con loca pasión…
Veo tu figura angelical a lo lejos
y aunque de la arena del mar se borró tu nombre,
todavía te veo en mil espejos
aunque el viento ni ya te nombre…
En la tierra solo uno te ama y soy yo ese hombre!
Autor: Romeo Della Valle