Han pasado ya 4 años desde que deje de verte, escucharte y sentirte, sólo retiradamente se algo de ti, conozco personas, lugares y nuevas experiencias en mi andar pero nada se compararía con una tarde, o una noche de aquellas donde solíamos cantar tirados en el suelo, platicar por largas horas por teléfono, daría algo muy querido por sólo pasar un rato contigo y admirar esos dos ojos que no puedo borrar de mi mente.
Hoy como en una escena de película buscando documentos importantes salieron fotos nuestras y me derrumbe. Cómo puedo amar y al mismo tiempo odiar a una persona sólo el tiempo me dará la respuesta, aunque a veces doy por hecho que el tiempo no está sanando mi herida sino al contrario, como una neblina en una playa paradisíaca te envuelve y te aclimata de una forma inexplicable así se eriza mi piel, así se estremece mi cuerpo y mi mente cuando te vuelvo a recordar, ya no hay más lágrimas que derramar todas terminaron secas en mi rostro tiempo atrás.
Sólo me queda la esperanza de reencontrarnos en la gloria de Dios donde no hay más llanto ni más tristeza.
Esta carta no sé si sea vista, no sé si expirará; pero sólo sé que fueron hechas para ti y valen como tal, esperare que una brisa en el tiempo empuje mi pensamiento como una pluma y llegue a tu ventana todo este sentir.
Por siempre el amor de tu vida…
Enviado por: Jose Luis A. R.