Saltare, volare, me incendiare, estoy entregado lentamente entregado,
y tu impune ausencia de luego te veneras.
Inquieta sedante, ilustra y tocas al cielo, brillar u opaca estiras tus manos,
verde conquista esencial me haces dispararme,
en si muerto sacudiendo la tierra o tal vez escondido tu voz oigo.
En los caminos de los árboles las aguas azules,
la tosquera del fuego yo remediare,
por insinuó esmaltando tus ojos diré la verdad, aun te extraño.
Tu canto, tu sonrisa, tu pedestal ese marchito corazón a mi alma has dejado,
si tú, el cristal que compagino su brillo,
ese del cual el invierno a amedrantado
y quizás ese del cual la soledad como volumen se emigro
a mis sendero te digo, te extraño y quizás nada podría cambiarlo.
Cristal de nieve ese mutuo amor, que sólo te entregado.
Autor: Gaston Gomez