Solo y meditabundo caminaba por el sendero de la oscura soledad
sin saber que desde el cielo llegaría un ángel
con una estrella en la mano, para ponerla en mi vida.
Desde ese momento que llego a mí,
mi vida se envolvió de dicha y felicidad
al saber que tenía la luz de aquella hermosa
y radiante estrella en mi vida.
La cogí entre mis manos y saltando por el sendero
corrí, corrí alejándome del dolor y las penas,
para que junto a ella empezara la nueva y tierna historia de amor.
Un cándido susurro de amor mis oído escucharon
en aquel amanecer de una nueva primavera,
donde las aves en el cielo danzaban
y los peces en el río saltaban de emoción.
Aquel paraje triste y sombrío había recobrado su dulzura
y otra vez el amor rodeaba su entorno
porque el dolor y la tristeza de mi corazón fueron curados
con la llegada del amor a mi vida.
Autor: Nexer Pizarro Peña